18 enero 2019

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Actualidad al día. Unión Europea. Neutralidad climática

Una Unión Europea climáticamente neutra en 2050

Autora:  Sara García García, Doctoranda en Derecho de la Universidad de Valladolid

Fuente: Communication from the Commission to the European Parliament, the European Council, the Council, the European Economic and Social Committee, the Committee of the Regions and the European Investment Bank a Clean Planet for all A European strategic long-term vision for a prosperous, modern, competitive and climate neutral economy, COM (2018) 733 final

Temas clave: neutralidad climática; Estrategia; descarbonización

Resumen:

El día 28 de noviembre, la Comisión presentó su Estrategia a largo plazo Un planeta limpio para todos (A Clean Planet for All) en la que dibuja una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra para la Europa del año 2050.

Esta acción representa la respuesta europea a la iniciativa lanzada en el año 2015, reforzada por los compromisos adquiridos en París, por Naciones Unidas sobre lo que denominó neutralidad climática.

La neutralidad climática se alcanzaría, bajo la perspectiva de Naciones Unidas, con la reducción drástica de la huella climática a través de tres medidas concretas: la mejora de la medición y control de las emisiones de gases de efecto invernadero, su reducción paulatina en el mayor grado posible y la compensación de las emisiones inevitables a través de lo que denominan CERs (certificados de reducción de emisiones o certified emission reductions, en inglés). Estos últimos resultan ser interesantes mecanismos de compensación de daños cuyas unidades se generan desarrollando prácticas descontaminantes o climáticamente favorables. Las unidades resultantes de estas buenas prácticas ambientales podrían ser compradas como créditos para la compensación de “emisiones inevitables”.

En la propuesta de la ONU, titulada Climate Neutral Now, se fomentan acciones, a todos los niveles de la sociedad (industria, organizaciones, gobiernos y los propios ciudadanos), que permitan llegar a esa neutralidad climática para mitad de siglo.

Esa es, a grandes rasgos, una panorámica del presupuesto que justifica e inspira la acción de la Comisión, bajo la que pretende que la Unión lidere el camino hacia la neutralidad climática mediante la inversión en soluciones tecnológicas realistas, la capacitación de los ciudadanos y la armonización de la acción en ámbitos clave como la política industrial, la financiación o la investigación, garantizando al mismo tiempo la justicia social para una transición justa.

En realidad, el contenido de la Estrategia de la Comisión no parece ser una novedad apabullante sino las intenciones tradicionales pero orquestadas bajo medidas más concretas que pretenden alcanzar, esta vez sí, los objetivos en la materia. En este sentido, la propia Estrategia avanza que el camino hacia una economía climáticamente neutra exigirá una acción conjunta en siete ámbitos estratégicos, de tal forma que su seguimiento contribuirá con garantías a hacer realidad los compromisos adquiridos:

  1. Eficiencia energética;
  2. Despliegue de energías renovables;
  3. Movilidad limpia, segura y conectada;
  4. Industria competitiva y economía circular;
  5. Infraestructuras e interconexiones;
  6. Bioeconomía y sumideros naturales de carbono;
  7. Captura y almacenamiento de carbono para hacer frente a las emisiones restantes.

Una de las primeras medidas que más esfuerzos están aunando y que cumplirían con objetivos de varias prioridades estratégicas es la relativa a la descarbonización de la economía europea, con incidencia especial en los sectores principalmente responsables de las emisiones en Europa: el sector eléctrico, el transporte, las emisiones residenciales, la agricultura o el conjunto de la industria.

La hoja de ruta que se marca la Unión Europea señala que en 2050 deberá haber disminuido sus emisiones en estos sectores un 80% respecto a los niveles de 1990, y exclusivamente mediante reducciones internas, es decir, sin recurrir a créditos internacionales.

Las medidas se centrarán en esos cinco grandes sectores contaminantes, cuya contribución en la reducción de las emisiones será esencial para la transición hacia la economía hipocarbónica planteada en el marco de la neutralidad climática por la que ha apostado decididamente la Unión.

En concreto y sobre la adopción de medidas en el sistema de movilidad de todos los países de la Unión Europea, la comisaria responsable de Transportes, al hilo de la Estrategia Un planeta limpio para todos, dice que el objetivo de esta descarbonización de la movilidad es alcanzar «un nivel neto de cero emisiones en 2050. Esto requiere un enfoque sistémico con vehículos de emisiones bajas y nulas, un fuerte aumento de la capacidad de la red ferroviaria y una organización más eficiente del sistema de transporte, basado en la digitalización; incentivos para los cambios de comportamiento; combustibles alternativos e infraestructuras inteligentes; y compromisos globales. Todo ello impulsado por la innovación y las inversiones».

Se dibuja aquí el contexto al que responde la apuesta por los vehículos “enchufables” y los biocombustibles iniciada recientemente por varios Gobiernos, entre ellos el de España, de cara al año 2050.

En definitiva, la visión estratégica de la Comisión es una invitación a todas las instituciones de la Unión Europea, a los parlamentos nacionales, al sector empresarial, a las organizaciones no gubernamentales, a las ciudades y comunidades, así como a los ciudadanos, a participar para garantizar que la Unión pueda seguir mostrando liderazgo y alentando a otros socios internacionales para hacer lo mismo. Una invitación a la neutralidad climática mediante la inversión en soluciones tecnológicas realistas, el empoderamiento de los ciudadanos y la alineación de acciones en áreas clave como la política industrial, las finanzas o la investigación, al tiempo que se garantice la justicia social para una transición justa.

Documento adjunto: